Este curso se ha retomado tras la pandemia el servicio de voluntariado en el comedor social de Algorta. Todos los sábados por la mañana, acompañados por profesorado de nuestro centro, una pareja de alumnos de Bachillerato se va rotando para prestar ayuda en el comedor atendido por las Hijas de la Caridad. ¡Tarea impresionante de ayuda al necesitado!.
Normalmente la organización de la mañana es similar. A la llegada alumnos y profesorado son atendidos por Sor Maria Jesús, Hija de la Caridad, que en el recibor de la comunidad realiza una pequeña sesión de reflexión y sensibilización. Sor María Jesús les habla del voluntariado, del sentido del mismo, de los pobres, de Santa Luisa de Marillac, de San Vicente de Paúl… Un momento de situarnos y de sensibilización importante.
A continuación, la hermana muestra la casa donde atienden al colectivo de necesitados y desfavorecidos, el comedor, la sala de estudio, la capilla, el lavadero, las duchas de higiene, y la maravillosa terraza desde la cual se atisban unas vistas espectaculares.
Llegada la hora de la comida, comienza la labor de ayuda de alumnos y profesores con un saludo a los usuarios según entran en el comedor y el servicio de las mesas, Mientras se atiende a las mesas, se intenta conversar con ellos teniendo presente también la necesidad de ser escuchado. La mayoría de usuarios son jóvenes magrebíes con un reducido manejo del idioma español.
Cuando terminan de comer, todos esperan a que lo haga el resto para levantarse y abandonar el comedor.A la salida del mismo se les hace entrega de una bolsa con alimentos para la cena. El desayuno también se reparte en una bolsa a primera hora de la mañana. Limpieza del espacio y de las mesas para prepararlo todo antes del segundo turno frecuentado por otro grupo de necesitados que tienen su residencia habitual en la propia comunidad. Son los servicios sociales quienes categorizan las necesidades de cada usuario y establecen vales que incluyen la alimentación básica, la lavandería o pernocta según los recursos del colectivo que demanda ayuda. Destacable la tarea del Banco de Alimentos en la provisión de alimentos para los usuarios y de proveedores particulares que atienden sus necesidades.
Además del comedor social, las hermanas ofrecen un servicio de lavandería e higiene, para que quien lo precise se duche, y se les lava y plancha su ropa. Actualmente dos seminaristas paúles ayudan también en estos menesteres. Se trata de un servicio a las personas más desfavorecidas, en la labor de integración social de los que se encuentran en situaciones de exclusión social.
Desde el colegio potenciamos esta tarea solidaria de voluntariado para acercar a nuestro alumnado a una realidad dura sensibilizándolo sobre la importancia de ayuda y entrega a los más pobres y necesitados.
Como dijo San Vicente de Paúl: «Al servir a los pobres, se sirve a Jesucristo”
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